Conecta2

¿Observas todo lo que te rodea o tiendes a mirarte el ombligo?

 

No hay una respuesta correcta o incorrecta, ambas opciones nos ayudan a tomar decisiones, a saber qué deseamos mejorar y, también nos ayuda a descubrir en qué no queremos convertirnos.

 

Llevo varios días dando vueltas al asunto del ruido y a lo complicado que resulta silenciarlo consiguiendo así encontrarte (y escucharte) a ti mismo.

 

Al ruido de la vida le vamos sumando nuestros propios diálogos internos, las alertas de notificación de todas las RRSS, mensajerías varias en formato escrito, audios, vídeo-mensajes vía WhatsApps, Messenger, InstaStories, LinkedIn (y te oirás decir eso de “no, yo tengo todas las notificaciones silenciadas”… pero, al final, consultas el móvil cada cinco minutos por si acaso hay algo importante, o simplemente por la inercia que genera la costumbre de hacerlo. No te sientas mal, la mayoría de nosotros lo hacemos). Y más focos de ruido como la TV, la radio, conversaciones cruzadas, e-mails de diferentes cuentas de correo…RUIDO.

 

¿Dejamos entonces de hiperconectarnos? Yo no tengo intención de hacerlo. Pero lo que sí que voy a hacer es un hueco enorme a hiperconectar conmigo misma.

¿Eso conllevará hacerlo a costa de otro tipo de conexiones? Posiblemente, sí.

 

Lo sé, es tremendamente complicado hacer algo tan sencillo. Por eso tiraremos de lo que he comprobado que funciona:

 

Objetivo + plan de acción = Resultados

 

Todos los años realizo un ejercicio de mirar hacia atrás y hacer repaso del año. Eso que he hecho bien y eso otro que debería de haber gestionado mejor. Le dedico varias horas a este ejercicio, ya que lo analizo por separado entre los tres pilares de mi vida: trabajo, pasión y familia (siendo este último un pilar incuestionable, prioritario y, absolutamente importante para mi).

¿Sabes cuál es una de las conclusiones a las que he llegado? Necesito silenciar gran parte del ruido que me rodea.

 

Justo esta semana asistía a la presentación del libro de Arnau Benlloch, “100 maneras de conectarse a la Fuente” y, tiene mucho que ver con todo esto: “Cuando estás en tu centro, no eres tú quien pasas por la vida, sino que es la vida la que pasa a través de ti”.

 

Además he decidido no dejar mis planes de acción para el 1 de enero, ¡ni hablar! El tiempo es tan extraordinariamente valioso que merece de todo nuestro respeto y atención.

 

Que nos pille “el mañana” felicitándonos por haber empezado hoy

 

(En lugar de reprocharnos no haberlo hecho).

Anoche cenaba con mi familia y brindamos por ese mismo minuto, porque ese instante, era el mejor de nuestra vida en ese momento.

 

¿Cuántas horas vives al día anclado en aquella época pasada que fue mejor? ¿Cuánto tiempo le dedicas al día  a ensoñaciones acerca de “y si esto”, “y si lo otro”, atrapado en un condicional en el que muchas veces ni siquiera puedes influir?

 

Todo el tiempo que pasas al día entre “lo feliz que fui entonces”

 y, “lo feliz que sería si”…

dejas de trabajar en ser feliz AHORA.

 

Tú eres la llave que abre o cierra oportunidades, eres la persona que decide qué es aquello que vas a silenciar desde hoy mismo para permitirte sólo ese ruido selectivo que dejas que llegue hasta ti desbordado de “puedo, quiero y me lo merezco”.

 

Éste instante es el mejor momento de tu vida, ¿en qué lo vas a invertir?

 

Yo, por mi parte, este instante lo invierto en conectarme CONtigo, sin perder la conexión conMIGO. Te espero en un 2019 repleto de retos, conexiones de calidad, silencios enriquecedores y un ruido selectivo que te aporte valor.

 

Feliz NaVIDAd  , Feliz Año Nuevo, Feliz siempre, Feliz TÚ❤️

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