¿Cuántas cosas dijiste que harías cuando llegasen tus vacaciones?
De esos objetivos que te habías propuesto hacer, ¿Cuántos de ellos te apetecía hacer… y cuántos de ellos te apetecía muchísimo hacer?¿Cuántas de esas actividades o propósitos los compartiste con personas cercanas?¿En cuáles pensabas mientras tomabas un café entre reunión y reunión de trabajo?¿Cuál o cuáles visualizabas que harías desde el primer día de vacaciones?
Lo sé…te has puesto en marcha con aquello que realmente te apasiona. Los armarios siguen sin hacer, las plantas de la terraza aguantará bien hasta Septiembre, la piscina podemos pintarla ya para Pascua, y los libros del colegio de los niños ya los compraremos después, que hay tiempo.
Y que hayas priorizado tus quehaceres veraniegos en función de tu «pasión percibida”, es fantástico! Y no sólo es estupendo, sino que es una prueba empírica de que de manera natural, elegimos aquello que nos hace disfrutar, y esto además también sucede cuando nos van a elegir a nosotros.
Hay un estudio realizado por Melissa Cardon, profesora de dirección de empresas en la Universidad de Pace, en el que demuestra junto a varios investigadores más de importantes Universidades, que “la PASIÓN tiene un rol fundamental en el éxito de un emprendedor”, y con el permiso de la Dra. Cardon, yo añado, que el rol de la pasión es incuestionable en cualquier meta que te propongas (al fin y al cabo, todos somos emprendedores).
Cuando algo nos apasiona, se convierte en parte de nuestra propia identidad. Pensamos en ello, actuamos en consecuencia, hablamos del tema con quienes nos rodean, y si esa pasión es auténtica… tu familia, tus amigos, los inversores, o los posibles clientes te compran…Te compran esa idea, ese proyecto, esa iniciativa. Y lo harán porque si hablas de algo que te apasiona, y ese algo está vinculado a tu identidad, te hace creíble. El mercado está saturado de impostores que no creen en lo que predican, ni en lo que venden, y eso créeme, es bueno para ti. Si hay competencia, hay mercado y si hay mercado, tienes una oportunidad.
Cardon también demuestra en sus investigaciones, que los líderes empresariales apasionados son más creativos, planifican metas más ambiciosas, son más persistentes y las compañías para las que trabajan registran mejores resultados. Y ahora es cuando me dices: “Pues vaya novedad, Torremocha”, cierto. No es nada que nos sorprenda, a mi la conclusión no me “descubre las Américas”, pero reconozco que me encantó que esto estuviese refrendado en un estudio científico 😉
Y hablando de estudios, y volviendo a la PASIÓN, éste lo realizaron durante cuatro años, con 64 inversores que analizaron y valoraron 241 empresas que mostraban sus proyectos a dichos inversores en 15 minutos. Los inversores debían basar su decisión final ponderando 13 criterios. ¿Sabes cuáles fueron los 3 aspectos más valorados para tomar la decisión final?
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La magnitud de la oportunidad.
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La energía del emprendedor.
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La PASIÓN PERCIBIDA.
Ojo, estos tres criterios se mostraban muy por encima de elementos relacionados con la formación del emprendedor, su estilo, edad o experiencia previa en otras empresas emergentes.
Cuando repasábamos mentalmente al principio de estas líneas, qué estábamos haciendo estas vacaciones de entre todas las tareas que nos habíamos propuesto, aquellas que nos hacer realmente disfrutar, son las primeras que hemos materializado…si nosotros mismos cedemos a nuestras pasiones, ¿Cómo no vamos a claudicar frente a la pasión de nuestros hijos cuando les brillan los ojos hablando de cualquier cosa que desean hacer? ¿Cómo no nos vamos a enamorar de esa persona que desprende intensidad, alegría y vida, cada vez que cuenta cualquier cosa? ¿Cómo no te van a comprar una idea (proyecto, candidatura, oportunidad) cuando realmente sientes que esa idea es la mejor idea del Universo?
El Dr. Mario Alonso Puig decía en una entrevista que vi hace poco en YouTube: “Los humanos no somos un cubo vacío que hay que llenar de cosas. Somos una hoguera que hay que incendiar”, hagamos lo mismo con nuestro verano. “Incendiémoslo” de todo aquello que nos apetezca y que nos haga sentir mejor. Porque cuando te relajas, eres más creativo, y biológicamente estás más receptivo a tus PASIONES.
No temas pinchar tu verano por entregarte en cuerpo y alma a él. Alarga tu verano hasta cuando tú quieras. Tú decides hasta dónde estás dispuesto a soñar (ah! Y no olvides luego trazar un plan 😉
FelizVida 🙂